Causas
Para que una persona se
vuelva alcohólica, por lo general se deberán tener en cuenta factores
biológicos, genéticos, culturales y psicológicos.
La mayoría de los
expertos concuerda en que los de factores más comunes son:
· Evasión: la bebida se
puede usar como un medio para excluir de la mente problemas desagradables en
vez de hacerles frente.
· Soledad: la bebida se
puede usar para disminuir el dolor causado por tener pocas amistades, mudanzas
frecuentes, no tener "raíces", separación de los seres queridos,
etc..
. Miedo: la bebida
puede darle a las personas tímidas, inseguras o amenazadas, un falso sentido de
confianza en sí mismos y seguridad.
· Falta de control
emocional: puede parecer que la bebida alivia los problemas que uno sufre en
sus relaciones con otras personas.
Problemas familiares
que pueden incidir en que una persona se transforme en alcohólico
o Culpabilidad
o Vergüenza
o Rencor
o Inseguridad
o Delincuencia
o Problemas económicos
o Maltrato físico
Efectos
El alcohol produce
sobre el organismo un efecto tóxico directo y un efecto sedante; además, la
ingestión excesiva de alcohol durante periodos prolongados conduce a carencias
en la nutrición y en otras necesidades orgánicas, lo cual complica la
situación. Los casos avanzados requieren hospitalización. Los efectos sobre los
principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un amplio rango
de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las úlceras de
estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, así como
lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico. Pueden
llegar a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del
síndrome de abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens, que puede
ser mortal a pesar del tratamiento adecuado; esto último contrasta con los
síndromes de abstinencia de drogas como la heroína, que aunque muy aparatosos
rara vez son fatales. Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de
alcohol durante la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir
daños graves en el feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y
mental; la forma más grave de este retraso, poco frecuente, se llama síndrome
de alcoholismo fetal.
El alcohol se incorpora
rápidamente al torrente sanguíneo. A nivel del Sistema Nervioso Central,
provoca depresión de las funciones de autocontrol y autocrítica, disminuye la
coordinación motriz y afecta la respiración y la circulación.
Los efectos crónicos
pueden ser:
· Trastornos severos de
la conducta y de la comunicación, tanto afectiva como social
· Disminución de las
facultades mentales y obsesión por la ingesta de alcohol
· Trastornos en la
sexualidad
· Lesiones orgánicas,
como gastritis, úlceras, pancreatitis aguda y crónica, cirrosis hepática,
infertilidad, etc..
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