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viernes, 8 de marzo de 2013

EDUCACIÓN



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 Para Educar a un Adolescente
 

Los tres ingredientes principales y básicos son  empatía , sentido común y sobre todo mucho, mucho amor :  ponerse siempre en el lugar de su hijo, llegar a sentir como siente él ,( empatía ) tratar de ser lógico, no dejarse llevar por el dramatismo, ni por los demás, ser consecuente ( sentido común) , y sobretodo  quererle, pero quererle… sin condiciones, ( amor, puro y duro, el más difícil pero el mejor, el amor  a los hijos).
 


Otros ingredientes:
      Toneladas de: 

  • de información: 
         Informe a su adolescente y manténgase informado: La adolescencia es a menudo una época para experimentar y a veces esto incluye comportamientos arriesgados. No eluda los temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco; conversar con su hijo abiertamente sobre estos temas antes de que se vea expuesto a ellos aumenta las probabilidades de que su hijo actúe de forma responsable cuando llegue el momento. 


     Kilos de: 

  • de Respeto  a su privacidad:
Para algunos padres esto es algo muy difícil. Creen que todo   lo  que hacen sus hijos es asunto suyo.
         Si existen señales de alerta que indican que puede haber problemas, usted se podría ver obligado a invadir la privacidad de su hijo hasta que llegue al fondo del problema, pero de lo contrario, manténgase al margen.
         Respete su espacio. El dormitorio de un adolescente y sus llamadas telefónicas, mensajes, emails, deben ser algo privado y no hay necesidad de compartan con uno de sus padres todas sus ideas o actividades. 


         Kilos de… 

  • Supervisión pero sin tercer grado:
  1. Todos los niños, adolescentes o no, requieren supervisión de los padres y usted tiene derecho a saber dónde estará su hijo y qué hace. Pero no espere que le dé todos los detalles ni que lo invite a ir con él/ella.
  2. Establezca la costumbre de que explique con quien sale y donde  podríamos buscarle en caso de necesidad. Batería del móvil, contestarlo.
  3. Respetar su intimidad y sus silencios, sin intentar hacerle hablar de algo que no quiera. No presionarlo y mantenerse receptivos para que el joven sepa que puede contar con el apoyo de los padres.
         

         Mucha cantidad de… 

  • Escucha activa:  escuchar  con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Cuando hable con él, concéntrese en lo que dice. Hágale alguna pregunta sobre lo que explica para demostrar que realmente se quiere enterar bien. Y sobre todo nunca diga “ahora no tengo tiempo”.
  • Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para   abordar los temas que nos interesan a nosotros. 


 Una pizca de… 

  • Establecer de antemano reglas apropiadas: Sepa ceder y ser flexible. Si su hora de llegada no es la que el quiere, trate de negociar. Si se porta bien,  el aumentar la hora de llegada puede ser un premio. Tenemos que fijar normas y límites pero a través del diálogo para que nuestros hijos acepten y asuman compromisos. Tenga previstas las sanciones
  • Crítica + elogios En primer lugar, la crítica y la corrección debe combinarse con el uso frecuente de elogios. Es decir, debes ser capaz de ver también lo que tu hijo hace bien y decírselo. Por muy desastre que te parezca tu hijo, seguro que tiene también valores positivos que debes esforzarte en reconocer.  Además es necesario corregir con mucho cariño. Por tanto la crítica debe ser  serena y ponderada, sin precipitaciones y sin apasionamiento. Cuidadosa, sin ironía, sin sarcasmo, como se corrige a un amigo. 


Otro poco de… 

  • Tómarlos en serio, no tratarlos como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.
  • No sermonear… No aprovechar  cualquier  ocasión para soltarles “el mismo rollo”.
  • No hacer comparaciones. Es importante evitar, tanto cuando les hagamos propuestas como cuando los censuremos, ponernos a nosotros mismos como modelos ("A tu edad yo...") o poner como ejemplo a otras personas ("Mira tu hermano como..."). Es injusto, ofensivo y un camino seguro para conseguir su animadversión. En todo caso compáralo con él mismo ("Seguro que lo conseguirás, como cuando hiciste..."). 

No se olvide de: 

  • Libertad  según responsabilidad A mayor responsabilidad, mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de autonomía. Si le engaña o falta a sus compromisos, no le grite ni le riña. Explíquele con toda la calma de que sea capaz, que ha faltado a nuestra confianza, por lo cual tendrá menos autonomía hasta que demuestre que es digno de confianza
  • Explique siempre porqué.Siempre que pida a su hijo que haga algo, explique por qué se lo pide. No use expresiones como "porque lo digo yo" o "porque sí".
  • No dude siempre. Deje que se explique. Dar  crédito a lo que dice salvo cuando tenga evidencia de lo contrario
 
         Espolvoree con… 

  • El perdón cuando sea necesario. Usted puede perdonar y también pedir perdón, eso no le hace más pequeño ante sus ojos sino más grande.
  • Tiempo, para él, para los dos. El debe ser lo más importante. Compartan alguna actividad ( acompañarle a partidos, o actividades extraescolares, ver la fórmula uno, escuchar música, ir de compras, etc..meterse un poco en su mundo…)
  • Compartir alguna preocupación personal con su hijo y pidiéndole su opinión (temas al alcance de su nivel madurativo: problemas de trabajo, de salud...) puede facilitar la comunicación entre ambos. 

Y el toque final para conseguir un buen resultado...

Asegurarle nuestra cercanía y afecto incondicional, independientemente de sus logros y comportamiento. El adolescente también necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. No de por supuesto que su hijo lo sabe, se puede expresar también físicamente cuanto le  quiere, con abrazos,  o besos, independientemente de la edad que tenga. Especialmente: Quiérale… digáselo y demuéstreselo… 

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