En muchos países la situación de la mujer ha cambiado muchísimo, hasta el
punto de que ha sido posiblemente el mayor cambio en los últimos 25 años. Hemos
pasado de la absoluta desigualdad, hasta la casi plena equiparación. Y la mujer
ha tenido un papel muy importante en este aspecto, aunque aún hay muchas cosas
por hacer. Dos temas a destacar son, por un lado, los malos tratos: es
importante que se consideren delitos de verdad, no problemas de carácter
doméstico; y, por otro lado, la importancia de compatibilizar el papel de la
mujer en el trabajo y como madre de familia, lo cual es duro porque significa
que la mujer acaba teniendo el doble o triple de trabajo que el hombre.
La mujer está llamada a desempeñar un papel clave en la sociedad,
conjugando sus funciones profesionales con las de madre y esposa. Un trinomio
difícil de equilibrar al que sólo la sensibilidad y la capacidad femenina puede
responder con excelencia.
Tengo
la impresión de que la mujer suele desconocer el papel que está llamada a
desempeñar desde su feminidad. Cuando hablamos de mujer, hablamos de un ser
dotado de exquisita sensibilidad para la atención del otro, lugar de descanso,
unión y pista de lanzamiento, creado para darse, espacio cálido que se
constituye en hogar allí donde llega su influencia y especialmente dotado para
la comunión. ¿Cuàl es el papel de la mujer, ahora y siempre? Hacer de la
Humanidad una familia; del mundo, un hogar.
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