ALTERACIONES
DE LA IDENTIDAD SEXUAL: TRANSEXUALISMO
DEFINICIÓN
Se entiende por identidad
sexual el sentimiento que todo ser humano experimenta subjetivamente de
pertenecer a un determinado sexo, es decir, la sensación íntima e
intransferible de pertenencia al sexo masculino o bien al sexo femenino. El transexualismo se considera una alteración de la identidad sexual, caracterizada por la existencia
de un sentimiento de pertenencia al sexo contrario al que objetivamente
corresponden las características anatómicas del individuo.
ADQUISICIÓN
DE LA IDENTIDAD SEXUAL
La especie humana presenta
un bimorfismo sexual, es decir, que está constituida por ejemplares de dos
sexos, con características anatómicas diferenciadas: sexo masculino y sexo
femenino, hombre y mujer. sin embargo el término sexo engloba diferentes
conceptos, porque son muchos los factores que inciden en su determinación y en
las consecuencias de dicha determinación.
En primer lugar, cabe hablar de un sexo cromosómico, puesto que la diferencia última entre los
individuos de ambos sexos estriba en su dotación cromosómica, presente ya desde
el momento de la concepción en la célula huevo proveniente de la unión del
óvulo y el espermatozoide. (…)
(…) En el momento de nacer,
según el aspecto de los órganos genitales se reconoce el sexo anatómico y se asigna
al recién nacido un sexo legal, que
ya constará en todos los registros correspondientes. (…) Tanto en la familia
como en la sociedad en general tratarán al recién nacido de un modo especial
según sea el sexo que se le haya asignado: recibirá un nombre de varón o de
mujer, será vestido según las normas que se tienen por costumbre, será
mencionado hablando de “el” o “ella”, etc. Y todos estos factores irán
incidiendo en la maduración intelectual del pequeño, generando progresivamente la
sensación de pertenencia al sexo que le corresponde.
(…) Así, de una forma
estereotipada, la niña tiende a jugar con niños, a preferir los deportes
violentos, o a rechazar las actividades que típicamente se consideran
femeninas; en realidad, la niña tiene un sentimiento profundo de masculinidad,
e incluso piensa que su cuerpo irá cambiando y que le crecerá un pene. Por el
contrario, el niño suele interesarse por actividades estereotipadamente
femeninas y rechaza las conductas típicamente masculinas; no se trata, sin
embargo, de niños a quienes simplemente les agrade jugar con muñecas, como es
frecuente en nuestra sociedad, sino de niños que se sienten íntimamente
femeninos.
(…) Por ello, resulta
relativamente común que los transexuales presenten ciertos conflictos
psicológicos, pero no como consecuencia de la discordancia que experimenten
sino de las dificultades derivadas de la convivencia social.
BIBLIOGRAFÍA: “Sexualidad
y planificación familiar”, primera edición, noviembre 1993, JM Farré Marti, JM
Carrera Macia, España. (P.p.49.)
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