La educación es fundamental. La palabra “educar” viene del latín, ex ducere, sacar afuera, extraer. Educar no debería ser imponer, sino ayudar a ser, sin embargo, muchas veces cometemos un gran error con los chavales y los valoramos por comparación con los demás, no por lo que pueden ser, y nos esforzamos en “meterles” conocimientos y procedimientos, en vez de tratar de que “saquen” sus cualidades y su creatividad.
Lamentablemente nuestro sistema educativo está basado en el respeto a la norma y no en el respeto a la persona.
Luego nos extrañamos de que los chicos no respeten a los profesores, si nosotros no les respetamos a ellos. Y no hablo de no marcarles límites, sino de hacerlo desde el respeto a su esencia.
Pero muchas veces parece que, por ejemplo, los padres lo que quieren es que sus hijos sean millonarios (aunque “digan” que quieren que sean felices) porque les siguen presionando por las notas y apuntándoles a un montón de actividades extraescolares en las que siguen compitiendo.
Y no se dan cuenta que a lo mejor ese chico que no es capaz de sobresalir en el formato “examen de memorieta” destacaría en música, en arte, o en deporte, si a esas asignaturas se les prestase la atención que se merecen, y si los chicos no se vieran desmotivados por la constante comparación con los demás o porque, por su carácter, sus genes, la forma en que sus neuronas hacen las sinapsis, su déficit de atención o porque están pasando un mal momento, sus resultados son INSUFICIENTES.
¿Hasta cuándo vamos seguir construyendo una sociedad competitiva, violenta y poco respetuosa con las particularidades de cada uno?
Deberíamos exigir a nuestros políticos que pacten una reforma educativa. Los demás temas de Estado serán también muy importantes, pero la educación es lo que construye el futuro y, de momento, estamos destruyendo el mundo.
¿Vamos a dejar que nuestros niños crezcan en el no respeto, el consumismo radical y la violencia hasta que no quede ni un árbol sobre la tierra?
Trabajemos para dejar personas que se respeten a sí mismos, a los demás y al planeta.
excelente aportación, fíjate que este es un tea polémico, tanto en profesores como en alumnos. Surge de si una calificación determina la inteligencia de un individuo, y no es así, un alumno puede sacar diez por distintas razones pero incluso puede reprobar siendo un alumno excelente, debido a que quizá hubo algo que ocurrió o x. recuerdo un caso en el que un alumno muy aplicado reprobó varias materias, otro alumno no tan aplicado se burlo de este, y hoy día el alumno que reprobó esa materia es una persona exitosa, debido a que la calificación sólo es un número más no el equivalente a un intelecto.
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