El deseo sexual, como ya hemos indicado, es la energía motivacional
que mueve a las personas a la búsqueda de satisfacción sexual la cual se logra
a través de la experiencia, es decir, de comportamientos concretos. Todo parece
indicar que a lo largo de la pubertad el deseo sexual genera un volumen de
fantasías que organizará y dirigirá los comportamientos posteriores. En este
sentido, parece ser también que las fantasías están ya orientadas eróticamente
desde los momentos puberales (Money y Ehrhardt, 1972).
Numerosos estudios han tratado de perfilar el comportamiento
sexual de los jóvenes, sin embargo la mayoría se circunscriben a muestras
parciales no suficientemente representativas de universitarios, de escolares o
circunscritas a autonomías o territorios concretos. Los datos de importantes
estudios internacionales no son directamente extrapolables a nuestro entorno
cultural, no obstante la revisión de todos ellos nos permiten conocer las
tendencias comportamentales en la adolescencia.
Desde nuestro punto de vista el comportamiento sexual de los
adolescentes pasa por dos momentos bien diferenciados: El autoerotismo o
erotismo dirigido hacia la propia persona, y el heteroerotismo o erotismo
dirigido hacia los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario